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Rocas, fósiles, tómbolos, playas que aparecen y desaparecen… Todo tiene una explicación geológica que ha sido esculpida a lo largo de millones de años en una danza titánica del mar Cantábrico. Un laboratorio vivo de aprendizaje donde compartir la historia de la Tierra con los más jóvenes

El Geoparque Mundial de la UNESCO Costa Quebrada, recientemente incorporado a la red internacional de geoparques, representa un territorio de altísimo valor geológico, ecológico y cultural, reconocido a nivel global por su singularidad. Está conformado por ocho municipios costeros de Cantabria: Santander, Camargo, Santa Cruz de Bezana, Piélagos, Miengo, Polanco, Suances y Santillana del Mar. Esta designación ha impulsado una mayor proyección internacional del territorio, al tiempo que refuerza la necesidad de sensibilizar a su población, especialmente a la más joven, sobre su importancia y conservación.

La educación ambiental es uno de los pilares fundamentales de este geoparque, y los datos del primer semestre de 2025 lo confirman con contundencia. En tan solo seis meses, el equipo del Área de Educación ha coordinado 45 salidas escolares, lo que representa un aumento del 67 % con respecto al mismo periodo del año anterior. En total, 1.736 escolares han participado en estas actividades, superando ya a los 1.244 estudiantes atendidos durante todo 2024.

Este incremento se ha debido a la fuerte apuesta por parte del equipo de gestión del Geoparque, el apoyo del Comité de Gobernanza formado por los ocho municipios, las consejerías de Medio Ambiente, Educación, Turismo y Desarrollo Rural, y la Universidad de Cantabria. Concretamente, el apoyo presupuestario en el Área de Educación es gracias al Gobierno de Cantabria.

Cada salida convierte enclaves como Arnia, Canallave, Liencres, Somocuevas o Covachos en aulas vivas pertenecientes al Global Geosite, donde la ciencia se toca y se comprende sobre el terreno gracias a profesores y educadores especializados en geología e interpretación del territorio. La geología, la biodiversidad y el paisaje se explican desde la experiencia directa, despertando una mirada crítica y curiosa en el alumnado. La propuesta se adapta a los diferentes niveles educativos, desde Primaria hasta Bachillerato, integrando contenidos curriculares con una pedagogía activa basada en la observación, el descubrimiento y el diálogo con el entorno.

 

Efecto multiplicador de este programa

Uno de los grandes valores de este programa es su efecto multiplicador. Lo que aprenden los niños y niñas durante las actividades del Geoparque no se queda solo en ellos, sino que lo comparten en casa, lo trasladan a sus familias, lo integran en sus conversaciones. De hecho, la educación ambiental tiene un impacto intergeneracional demostrado, y puede influir en los comportamientos de adultos a través de la conciencia adquirida por los más jóvenes.

En este sentido, el Geoparque entiende su labor no solo como una herramienta educativa, sino como un vector de cambio social y cultural. A través de esta herramienta se forman ciudadanos capaces de reconocer el valor del territorio para cuidarlo y defenderlo.

Además, la creciente repercusión del Geoparque ha favorecido también la diversificación geográfica del alumnado. En 2025, no solo han participado centros del área de influencia del Geoparque, sino que se han sumado escuelas de otras comunidades autónomas, gracias a la colaboración con el Programa de Educación Ambiental de Torrelavega, que trae grupos semanalmente desde fuera de Cantabria. Este flujo educativo refuerza el posicionamiento de Costa Quebrada como destino de referencia en educación ambiental a nivel estatal, y amplía el alcance del mensaje de conservación y la puesta en valor del patrimonio natural y cultural.

En verano el aula de Costa Quebrada no coge vacaciones

Aunque el calendario escolar se interrumpe durante el verano, el Área de Educación no se detiene, según señala su responsable Javier Álvaro Apezteguía. Durante los meses estivales, el equipo del Geoparque sigue desarrollando actividades dirigidas a colectivos específicos, como personas con discapacidad o centros de reinserción social, al tiempo que prepara el catálogo de propuestas que se presentará a los centros educativos al inicio del nuevo curso. También en este periodo se afina la estrategia pedagógica, se diseñan nuevos recursos y se fortalecen alianzas con los centros, de forma que la oferta educativa del Geoparque sea cada vez más diversa, completa y ajustada a las realidades del territorio.

En este sentido, y con el objetivo de seguir con la participación activa, el pasado mes de mayo se celebró la primera Mesa de Educación del Geoparque, un espacio de trabajo colaborativo que reunió a representantes de todos los centros escolares del territorio con el objetivo de diseñar conjuntamente las líneas estratégicas del área educativa. Esta iniciativa marca un antes y un después en la forma de entender la relación entre instituciones educativas y el Geoparque. Se trata de construir una hoja de ruta compartida, que responda a las necesidades reales de los centros y que afiance una visión común, una educación que implique, que transforme y que mejore el territorio.

Además de las actividades con escolares, el Geoparque impartirá el 31 de julio y 1 de agosto uno de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria, bajo el título ‘Los programas educativos en los geoparques mundiales de la UNESCO’ en el municipio de Bezana (Ayuntamiento patrocinador), en el que van a participar los Geoparques de Las Loras y Villuercas para compartir experiencias y reflexionar sobre los desafíos educativos actuales. Esta dimensión interterritorial consolida a Costa Quebrada como un nodo activo en la red de Geoparques Mundiales de la UNESCO, no solo como espacio natural de valor, sino como laboratorio pedagógico y social.

Se protege lo que se conoce

Con medio año todavía por delante, el balance educativo del Geoparque Mundial de la UNESCO Costa Quebrada es ya un éxito incuestionable. Sin embargo, más allá de las cifras, lo más importante son las miradas de quienes, por primera vez, comprenden cómo se forma un estrato, por qué hay fósiles en un acantilado o qué importancia tiene una duna costera. En esas pequeñas revelaciones se cifra el futuro. Porque se protege lo que se conoce y en Costa Quebrada, la educación ambiental ha demostrado ser la mejor herramienta para sembrar compromiso, conciencia y comunidad.

Artículo: Natalia Magdalena González-Cuevas.