
Una estructura plegada
La Geología del Geoparque Costa Quebrada
Costa Quebrada es un entorno privilegiado para el disfrute y la comprensión del rico sustrato geológico que contiene. Se trata de un gran pliegue, el sinclinal de San Román-Santillana, que se extiende desde la península de Santander hacia el suroeste, y que muestra la magnitud de las fuerzas del planeta, que en su flanco norte llegan a inclinar los estratos rocosos hasta la verticalidad.
Estas capas de roca encierran valiosa información, gracias a la cual es posible reconstruir una historia geológica de más de 100 millones de años, que ilustra con claridad los ambientes pretéritos en los que se depositaron y fraguaron sus rocas, así como los procesos de plegamiento y elevación resultantes del movimiento de las placas tectónicas.
La intensa erosión marina, unida a la acción complementaria de las aguas de lluvia y su circulación superficial y profunda, en forma de ríos, torrentes y cursos subterráneos, da lugar a un paisaje geológico único. Es en los acantilados y plataformas de abrasión labradas por el oleaje en el litoral donde ese sustrato se desnuda para mostrarnos las intimidades geológicas de este territorio único.
Si quiere conocer los lugares más interesantes del Geoparque Costa Quebrada, por favor, visite el MAPA DE LUGARES DE INTERÉS GEOLÓGICO.

Erosión marina
La evolución del relieve
Costa Quebrada, además de exhibir en un corto espacio un reguero de formas litorales extraordinariamente rico y atractivo, muestra con claridad el funcionamiento del modelado del relieve litoral, y nos permite reconstruir su evolución a lo largo del tiempo.
<h4>1. La glaciación</h4>
Durante una glaciación el mar se retira varios kilómetros, exponiendo una amplia llanura modelada por los cursos de agua.
Dos largas crestas de caliza cruzan el terreno formando barreras que los ríos solamente pueden atravesar por las fallas que las fracturan.
<h4>2. La llegada del mar</h4>
El ascenso del mar que se produce tras la glaciación inunda la llanura.
El oleaje destruye las rocas débiles y avanza hasta encontrarse con las crestas de caliza, muy resistentes.
La erosión se frena en ellas, hasta que el oleaje se abre paso a través de las fallas y desgasta con rapidez las areniscas y arcillas erosionables formando pequeñas ensenadas que van ampliándose progresivamente.
<h4>3. El desmantelamiento</h4>
Algunos vestigios de las rocas más erosionables se conservan allí donde son protegidas por la cresta caliza, que a su vez va siendo lentamente desmantelada.
El avance del oleaje vuelve a frenarse en el segundo crestón calizo, pero en su paso a través de aberturas talladas en el mismo, ya comienza a desgastar las margas erosionables que se encuentran por detrás.
Allí donde la erosión marina se abre paso, labra ensenadas arqueadas en las que se forman playas.
<h4>4. La actualidad</h4>
El desgaste continúa actuando sobre las calizas de la primera cresta, que se reducen ya a pequeños islotes costeros (o Urros) alineados.
Las ensenadas, bordeadas por altos acantilados, siguen ensanchándose y ganando terreno al suave paisaje de colinas y valles fluviales.
Y la erosión sigue avanzando…
La historia geológica
Cuando los primeros materiales cretácicos de Costa Quebrada comenzaron a depositarse hace 120 millones de años, lo hicieron en las aguas cálidas y limpias del Mar de Thetys. En las lejanas tierras emergidas por entonces el mundo vivo se encontraba dominado por los reptiles. Sin embargo, bajo las aguas limpias se desarrollaban aquí arrecifes extensos formados por unos moluscos, los rudistas, y algunos corales.
El crecimiento de estos arrecifes dio lugar a masas voluminosas de roca caliza cretácica aptiense , que hoy en día, una vez emergidos, forman masas rocosas importantes a lo largo de La Marina y en los macizos calizos al este del río Miera. Su interés minero ha sido siempre muy importante en Cantabria. De ello son testigos las explotaciones minerales de Cabárceno, Reocín, Puerto Calderón, y las innumerables canteras de Camargo y el oriente de Cantabria.
Pero en la larga historia de nuestro planeta nada dura indefinidamente, y la placidez de aquellas aguas, tras 5 millones de años, se vio perturbada por un cambio en las precipitaciones y en el nivel del mar.
En el Albiense, hace 112 millones de años, los sedimentos arrastrados por los ríos que llegaban desde el sur y el oeste acabaron sepultando a los rudistas y corales, impidiendo aquí su supervivencia. Al principio sólo llegaban los sedimentos más finos, limos y arcillas, cargados de restos vegetales, madera de los bosques, y pequeños fragmentos de resina. En algunos de estos fragmentos de resina, el ámbar, en otras partes de la cuenca se han encontrado atrapados antiguos insectos .
Los cienos oscuros, al crecer en espesor, iban rellenando la cuenca y haciendo avanzar la línea de costa. Cerca de la misma se depositaron los bancos de arena de unas inmensa playa, que acabaron por sepultar los limos. Sin embargo, el nivel del mar aumentó varias veces , y en cada ascenso, los limos oscuros volvían a sepultar las arenas acumulándose en gruesas capas, hasta que rellenaban la cuenca y volvían las arenas.
De este modo se formaron las limolitas y areniscas que hoy en día se encuentran en el istmo de Somocueva, y que pueden encontrarse en toda la costa central de Cantabria, desde Suances hasta Comillas y el valle inferior del Nansa.
Esos ciclos de limos y arenas no fueron exactamente iguales. Conforme avanzaba el tiempo, cada nuevo depósito de arena contenía más calcio, por lo que gradualmente el depósito de arenas se transformó en un nuevo depósito de calizas, en el que los numerosos organismos marinos que morían, quedaban atrapados y fosilizados. Ammonites, erizos de mar, caracoles, corales, esponjas y otros muchos organismos formaban ricas comunidades marinas.
Esta caliza fue hundiéndose en la cuenca hasta que cesó el depósito. Al final de este proceso, además, se produjo un importante descenso en la cantidad de oxígeno disuelto en el mar, lo que dio lugar a una importante extinción masiva de especies marinas.
Así se formó una capa de calizas de color ocre, las mismas calizas cenomanienses cuyo color es universalmente conocido por ser las mismas en las que nuestros antepasados pintaron sus creencias y su mundo, en Altamira.
El arrecife inerte, hundido en las profundidades de un mar que se había vuelto más frío y menos vivo, fue sepultado entonces por nuevos sedimentos. Las arcillas prácticamente desprovistas de vida irrumpían en escena.
Conforme se depositaban, el clima no se mantuvo inamovible. Se sucedían períodos de decenas o centenas de miles de años de tiempo cálido y húmedo con otras largas temporadas de tiempo frío y seco. Estas oscilaciones se traducían en el tipo de sedimentos que llegaban a la cuenca.
Durante largos años las precipitaciones abundantes llevaban buena carga de arcillas a la cuenca, mientras que en otras, las arcillas eran menos abundantes y predominaba el depósito de conchas y restos ricos en calcio. Este calcio cementó las arcillas cuando era más abundante, dando lugar a capas intercaladas más resistentes. En este medio vivieron erizos irregulares , corales, esponjas, ammonites, briozoos y otros muchos organismos.
Este proceso cíclico se repitió innumerables veces desde el Turoniense hasta el Santoniense para dar lugar a las sucesiones de estrechas capas de marga y caliza gris que se pueden encontrar a lo largo de los acantilados del tramo oriental de Costa Quebrada.
A partir del Maastichtiense, hace unos 70 millones de años, esta pequeña cuenca empieza a ascender lentamente, por lo que las arenas vuelven progresivamente a hacer acto de presencia, junto con la influencia de las corrientes. En este medio se depositaron las calizas arenosas que se encuentran entre Covachos y San Juan de La Canal.
Esto fue así hasta el final del mesozoico, hace 65 millones de años. Con la extinción masiva que puso fin al dominio de los grandes reptiles se extinguieron además muchos otros seres. En este momento los materiales arenosos quedaron expuestos a la intemperie, en medio de unas lagunas salobres costeras. Allí se depositaron unas rocas muy solubles, las dolomías de la ensenada de La Canal.
El ambiente costero de los depósitos arenosos, muy movilizados por corrientes y oleajes, formaron los materiales más recientes de Costa Quebrada, las calcarenitas y calizas de las cercanías de la Virgen del Mar. En este medio agitado vivían numerosos erizos de mar, anélidos y esponjas.
Ya en estos momentos comenzaba el choque de África contra el continente europeo, que comprimió a la isla ibérica contra Europa, levantando en este proceso todas las cordilleras del sur de Europa: Cordillera Cantábrica, Pirineos, Alpes, Balcanes y Cárpatos.
Columna estratigráfica
En este gráfico se representan los materiales del afloramiento de Costa Quebrada. Se indican las edades, con la antigüedad expresada en millones de años (m.a.) y la naturaleza de las rocas que lo componen. También se representan los dos límites temporales Cenomaniense-Turoniense (C-T) y Cretácico-Paleógeno (K-Pg o, antiguamente, K-T) relacionados con extinciones biológicas.
Formación en 3 fases
El paisaje geológico de Costa Quebrada se origina en 3 fases que forman un ciclo geológico. Los sedimentos que forman actualmente las rocas del Parque provenían de la erosión de materiales más antiguos, así como los sedimentos que se originan por la erosión actual de este territorio darán lugar a las rocas del futuro.
1. Sedimentación
2. Plegamiento
3. Erosión
Rasas marinas
La acción marina es la principal responsable de los procesos erosivos que dan lugar a este paisaje. A medida que estos materiales se pliegan y elevan, los diferentes niveles marinos dan lugar a varios niveles de rasa.
Erosión marina de una plataforma de abrasión
Elevación del continente
Erosión marina de una nueva plataforma
Nueva elevación del continente
Erosión marina de una tercera plataforma
Nueva elevación del continente
Las rocas del Parque
La larga historia geológica de Costa Quebrada, así como los diferentes sucesos que aquí se produjeron, dieron lugar a una cierta diversidad de materiales rocosos de tipo sedimentario, empaquetados en una serie de formaciones claramente diferenciadas.
Cada una de estas formaciones es un capítulo del amplio libro que nos relata la historia de nuestra tierra. De entre sus páginas se extrae la información que nos ayuda a completar ese relato.
Los diferentes tipos de rocas presentes en el Parque Geológico se exponen a continuación, en orden creciente de antigüedad.