Investigar es el primer paso para garantizar que la información que se pone a disposición de la ciudadanía sea rigurosa y esté actualizada. Todo lo que se explica, interpreta y divulga, una vez traducido a un lenguaje accesible, deriva directamente de estudios y proyectos científicos que, a menudo, requieren años de trabajo y colaboración entre instituciones.
Para que este conocimiento no quede restringido a círculos académicos, resulta imprescindible diseñar estrategias de comunicación y herramientas de interpretación del patrimonio natural. Estas técnicas permiten digerir la enorme cantidad de datos que la ciencia genera, transformarlos en relatos comprensibles y acercar a la población local y visitante la historia geológica, biológica y cultural de este rincón del planeta.
Por tanto, investigar es una responsabilidad colectiva, ya que solo mediante la transferencia del conocimiento a la sociedad podemos fomentar la sensibilización, la conservación y un uso responsable de los recursos naturales. Sin ciencia no hay relato; sin relato no hay conciencia; sin conciencia no hay futuro para nuestros paisajes ni para quienes los habitan.