Las dunas son áreas arenosas que se encuentran a lo largo de las costas. Se forman por la acción del viento sobre la arena depositada por las corrientes y el oleaje en las playas, creando montículos de arena que van creciendo y avanzando progresivamente. Su mayor condicionate es la velocidad con la que se pierde el agua de lluvia percolando entre la arean, además de la presencia de sal.
La vegetación, que es responsable de su formación mediante la fijación y el acúmulo de arena, está compuesta por plantas que pueden sobrevivir en estas condiciones difíciles y son resistentes al viento salado y la falta de agua. Sus raíces y tallos son el mejor mecanismo para la fijación y crecimiento de arena. Las raíces de algunas plantas son largas y profundas, para alcanzar el agua que se encuentra lejos en el subsuelo, mientras que las de otras son una red superficial muy densa que capta el agua antes de que la lluvia se infiltre.
Las dunas son esenciales para la vida silvestre, proporcionando hábitats importantes para plantas, insectos, aves y pequeños mamíferos. Algunos de ellos solamente se encuentran en estos ecosistemas, por lo que su conservación es esencial. Además, desempeñan un papel clave en la protección de la costa, ayudando a prevenir la erosión causada por las mareas y las tormentas, y manteniendo reservas importantes de arena.
Nuestras dunas más importantes son las de Valdearenas, en Liencres, ya que son el campo dunar más extenso de toda la costa cantábrica. Debido a su importancia, es crucial conservar y protegerlas. En el pasado, nuestras dunas estuvieron amenazadas por el desarrollo urbano, y actualmente son dañadas por el pisoteo y por los cada vez más frecuentes temporales. Por ello deben adoptarse medidas para conservar y restaurar estos hábitats, asegurando así la salud de los ecosistemas marinos y terrestres. Ayúdanos a conservar las dunas.

LOS ANIMALES QUE ENCONTRAMOS EN ESTE AMBIENTE